Crisis es la palabra que mejor define la actual situación, no sólo del Ecuador, sino del mundo entero. Crisis es una palabra fuchi, indeseada, que anuncia sacrificios y sufrimientos.
La crisis mundial se refleja en la crisis fiscal que afecta a la economía norteamericana y en los problemas que afronta la comunidad europea de países. El capitalismo central se está hundiendo y sólo tiene soluciones extremas, una es el autofinanciamiento que le lleva a inyectar billones de dólares en el sistema financiero mundial y otra, la guerra. Como la primera es una solución postiza, queda lo concreto de la segunda. Focos bélicos peligrosos como el de Siria, Irán, Palestina, Yemen, pueden ser el punto inicial de una conflagración atómica mundial.
En los países pobres la crisis se refleja en el ajuste de la dominación. El capitalismo central necesita la sangre de nuestros pueblos para seguir durando. Mecanismos como el precio del petróleo o el endeudamiento externo sirven para chuparnos la sangre.
Para nuestros pueblos la única solución es la rebeldía cimentada en la dignidad humana. No podemos seguir creciendo al ritmo que nos imponen los dueños del mundo. Las medidas inteligentes, las salvaguardias, los préstamos o las políticas tributarias que los gobiernos cipayos adoptan, no son sino las fórmulas que la dominación imperial nos impone.
Un gobierno revolucionario sabrá aprovechar la crisis para cambiar de verdad la matriz productiva, llamando a su pueblo al sacrificio, luchando para garantizar el futuro de sus hijos.
Perfeccionar la actual matriz productiva y construir la sociedad del conocimiento capitalista equivale a poner la rodilla en tierra ante el capitalismo mundial agonizante.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en:
La Hora, 1-04-2015, Quito