No cabe duda que la Estadística resulta de gran utilidad para demostrar lo que nos venga en gana. Hoy es imposible encontrar un estudio con nivel científico si no está atiborrado de cuadros estadísticos que sirven para cuantificar las propuestas.
En mi opinión, la Estadística es la disciplina que más ha contribuido a que las ciencias, en general, hayan perdido su capacidad holística de ver los fenómenos. Gracias a ella hemos aprendido a ver los árboles y a ignorar el bosque.
En la economía, por ejemplo, la Estadística moderna llega a ver microscópicamente todos los fenómenos, ayudada ahora con programas computarizados asombrosos que hacen, en un segundo, lo que un investigador puede demorar meses. Esa horrible disciplina, que es la Econometría, tiene como fundamento la Estadística.
La Geometría Analítica, que está en la base del método cartesiano, ha encontrado en la Estadística su asistente perfecto. El INEC tiene brillantes funcionarios formados en el espíritu cartesiano y, además, de una obediencia monacal a su jefe máximo.
Para demostrar que la Revolución ciudadana avanza han comenzado a sustituir las categorías de la pobreza por otras que dicen se adaptan mejor a la actual realidad. Ya no hay empleo, sino empleo adecuado, ya no hay desempleo, sino empleo inapropiado, ni tampoco subempleo, sino empleo inadecuado.
Según el INEC el 98% de la PEA si está empleada en el Ecuador. Desempleo total casi no existe y, por magia revolucionaria, ahora el empleo inadecuado bajó del 50 al 12 % de la PEA.
Juan Piguave, Manungo Pilataxi, María la del barrio, todas las mañanas, antes de salir a buscarse la vida, han puesto la estadística, junto a la imagen del presidente, en el retrete, con una leyenda que dice: el pueblo no come cuentos.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en:
La Hora, 29/octubre/2014, Quito