Ahora resulta que el Estado tiene derecho a administrar los fondos de cesantía privados que existen en el país. De más de 900 millones casi el 50% corresponden al magisterio secundario, que, como todos sabemos, ha estado en manos del MPD. Ningún organismo de control ha emitido nunca un informe desfavorable al manejo de esos fondos, por el contrario, los balances demuestran que se han manejado con pulcritud y con acierto.
¿Por qué, entonces, el gobierno lanza el zarpazo? Es como patearle al rival en el suelo. Mashi Presidente quiere también asfixiar económicamente al MPD. Aquí no cuentan ideologías ni pájaros preñados, se trata del control pragmático de este importante sector social.
Para justificarlo Correa ha dicho que es plata del Estado y la asambleísta Bety Carrillo sostiene que esos fondos tienen origen neoliberal, que Pinochet fue su inventor. Vivimos en pleno surrealismo revolucionario, en el que es posible dibujar una jirafa con cara de asno y creer que existe el jirasno.
No, señores gobiernistas, ni son plata pública los fondos ni el ahorro lo inventó Pinochet. Por si el presidente no lo sabe el salario es el sudor mal pagado del trabajador y el mutualismo lo inventaron los asalariados para defenderse de sus explotadores. El Estado no tiene derecho a administrar la plata privada de los trabajadores, ese si fue un invento stalinista.
Los fondos de cesantía de los docentes universitarios, por ejemplo, han servido para que muchos de nosotros tengamos un techo dónde vivir. Ahora, frente a la amenaza, parece que se han paralizado los beneficios. Los docentes de la Central hace cinco meses que no recibimos la jubilación complementaria.
Las actuales autoridades de la Central no deben permitir que se nos agreda de esa manera.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en
La Hora, 13/agosto/2014, Quito