En el 2007 Rafael Correa se dio el lujo de expulsar del país al representante del Banco Mundial, un brasileño de apellido Somenssato. A la izquierda boba no le cabía la alegría en el cuerpo. Juraba sobre la Biblia que había encontrado a su Mesías salvador.
Entonces era Ministro de Gobierno Ricardo Patiño. A boca llena le dijo al brasileño que no era persona grata a los intereses del Ecuador y que debía irse. Como meses antes el Estado había cancelado toda la deuda con el FMI, la fiesta para la izquierda boba era completa. Entonces el Mashi sostenía que el BM y el FMI habían sido instituciones nefastas para el país.
Pero cuando los representantes de esos organismo, antes de Correa, venían al Ecuador a asegurar sus préstamos, había en el Ministerio de Finanzas ciertos funcionarios que los recibían y tenían el encargo de garantizar que el país aceptaría sus condiciones y pagaría sus deudas. Patricio Rivera y Fausto Herrera eran esos jóvenes y brillantes funcionarios que ahora manejan la Economía. Estos son los cuadros con los que Correa dice estar haciendo la revolución.
La audacia del presidente consiste en volver a depender de la anaconda bicéfala del Banco Mundial y el FMI. Dice que sin pedírselo el BM ha duplicado su oferta de crédito, con intereses regalados y tiempos de gracia increíbles. Se nos entrega la anaconda como una virgen a su amado.
¿Será posible tanta belleza? Correa junto a sus jóvenes y brillantes muchachos tienen ahora la misión de volver a convencer a la anaconda de que cumpliremos las condiciones que se nos imponga. No me cabe la menor duda de que lo lograrán, total, estos neo revolucionarios tienen una larga experiencia en el arte de la genuflexión, sólo que ahora irán a nombre de la Revolución Ciudadana.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en
La Hora, 18/junio/2014, Quito