Continúa la propaganda oficial lavándonos el cerebro con la repetida cantaleta de que está cambiando la matriz productiva. Lo dice el Mishu presidente en las sabatinas, lo repite el ingeniero Glas, lo reproducen, como un eco, todos los cuadros medios del gobierno: estamos cambiando la matriz productiva, como un eco, eco, eco
Cambiar el gas por la electricidad no es cambiar la matriz productiva, así como usar cianuro en lugar de mercurio no es no contaminar. Lenin decía que el socialismo era la electricidad más el poder popular. En el Ecuador, ya tenemos la electricidad, pero nos falta el poder popular.
¿Cómo puede el gobierno seguir sosteniendo que se está cambiando la matriz productiva, si está a punto de explotar el Yasuní? Después de miles de kilómetros de viaje la señora Baki no ha logrado nada, perdón, si ha logrado evidenciar que al mundo desarrollado le importa un pepino el ecosidio y, lo que es peor, que si los países pequeños como el nuestro no se someten a sus designios nada lograremos jamás. Por eso el gobierno de la revolución ciudadana ahora habla, de dientes para afuera, de cambio de la matriz productiva pero, en la práctica, perfecciona el modelo extractivista, funcional a los intereses del capital mundial y atentatorio a los derechos de los ecuatorianos y de la naturaleza, quizás el más importante logro constitucional obtenido por la resistencia popular en nuestro país.
Cambiar la matriz productiva es producir de otra manera, no como un reflejo del desarrollo occidental. Es ir más allá de la matriz desarrollista.
Correa no puede ser el vocero del capital transnacional mundial, debe ser vocero de los intereses del pueblo ecuatoriano. Sólo así dejaremos de escuchar el soso y cansino discurso del eco eco eco
Publicado en:
La Hora, 14/agosto/2013, Quito