En el 2006 la figura de Mashi Rafael logró el entusiasta apoyo de todas las fuerzas que iban del centro a la izquierda. De forma particular la izquierda boba ecuatoriana estuvo convencida de haber encontrado al Mesías salvador que, con una espada flamígera en sus manos, iba a hundir a la partidocracia y cambiar el modelo de desarrollo vigente.
Siete años más tarde podemos decir que Correa ha hecho una verdadera revolución en las filas de la derecha. Les ha enseñado cómo, cambiando el estilo, se puede alcanzar los mismos objetivos. Ahora la derecha no cabe en su riqueza, protegida por el discurso seudo socialista de Correa. Su mensaje a la derecha fue claro: sacrifiquen su mentalidad colonial, comiencen a explotar esta nación con mentalidad moderna. La izquierda boba creyó que ese era un discurso revolucionario.
La élite intelectual progresista de la izquierda dura -dice la prensa-, fue la que le hizo el programa a Correa. Figuras como las de Acosta, Larrea, los socialistas amarillos y otros personajes del centro político participaron y, entre otras cosas, son padres de la Constitución de Montecristi, esencia de las concepciones reformistas de Correa.
Por esas cosas que tiene la política se han peleado los compadres. Han demostrado no tener diferencias de fondo. Lo que se debe hacer no hay que hacerlo con mala cara, dicen los ex aliados de Correa. Te vamos a derrotar en las urnas para demostrarte que para hacer la reforma que necesita este país, no tenemos que poner cara de ogro.
La izquierda boba ecuatoriana vuelve a arrastrar al pueblo para seguir a un reformista, buena gente, claro, pero reformista. Alberto el bueno, seguro, derrotará a Rafa el malo.
¡Izquierda, izquierda, cuantos errores se cometen en tu nombre!
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en
La Hora 4/Sep./2012, Quito