En 1926 se funda el Partido Socialista Ecuatoriano. Pocos años después surgió el Partido Comunista del Ecuador. En la historia de la izquierda ecuatoriana el PCE se convirtió en el partido consular del stalinismo y el PSE buscó la independencia ideológica para pensar con cabeza propia nuestros problemas.
Dirigentes como Manuel Agustín Aguirre, Telmo Hidalgo, Laura Almeida alimentaron esa corriente ideológica de independencia, pero las posiciones reformistas internas desviaron su curso, llegando a aislarlo del pueblo. El Socialismo Revolucionario surge en el seno del PSE amarillo, pero el doctrinarismo lo encapsula en ciertas vanguardias sindicales. En la década de los ochenta la militancia revolucionaria concibe el proyecto del Frente Socialista para unir la corriente socialista y buscar la unidad de la izquierda. La reinscripción del PSE en el registro electoral condujo al fortalecimiento de una corriente electoralista que fue anulando, sistemáticamente, la estructura orgánica e ideológica del PSRE.
Esos mismos dirigentes liquidacionistas propusieron la unidad del PSE con el FADI. Esa unión decidió apoyar a Rafael Correa. Hoy el PS-Frente Amplio es furgón de cola del correismo. De su seno, un sector de militantes -el mismo que años antes apoyara el reformismo de dirigentes como Granda y Ayala-, retoman el membrete del Socialismo Revolucionario.
Para ellos este mensaje. Hay que materializar en el pueblo las concepciones del Socialismo Americano, nueva manera de ser revolucionarios. En esa concepción está la herencia de los pueblos pre-colombinos junto a las tesis revolucionarias del socialismo. Hoy, cerca de un siglo después de la fundación del partido, nos toca asumir la histórica tarea de comenzar a pensar con cabeza propia. De ello depende el futuro.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en
La Hora
26/Junio/2012, Quito