Oído en la marcha de los pueblos indios: No somos cuatro, no somos cien, Correa economista, aprende a contar bien; el pueblo organizado, está en el Arbolito, el pueblo que es pagado, está con el Rafico y así, muchas y muy variadas consignas concebidas por el ingenio ilimitado de un pueblo multicolor que salió a las calles para decir que una revolución es popular o, sencillamente, no lo es.
Asombra la falta de imaginación demostrada por la marcha oficialista. La Revolución Ciudadana ya se robó el discurso socialista y ahora le quiere robar al pueblo hasta sus tradicionales consignas. Oírles a los correistas pagados corear el pueblo, unido, jamás será vencido resultó más falso que virtud en lupanar. En cambio, oír a los cansados marchistas corear no hay harina, no hay maíz, minería china, fuera del país resultó un baño refrescante de auténtica creación popular.
Antes de la marcha Correa ya lo dijo todo: cuatro pelagatos, desestabilizadores, golpistas, electoralistas, infantiles. Después del impacto positivo que la marcha causó en la opinión pública nacional, el Ecuador entero esperó oír del oficialismo algo diferente; pero no, se mantuvieron impertérritos en su gastado discurso.
La marcha sirvió para evidenciar el marcado carácter pequeño burgués de esta Revolución Ciudadana. Todos los funcionarios de este gobierno repitiendo como clones las palabras de su líder: golpistas, infantiles, pelagatos, desestabilizadores, como si sólo hubiese una neurona, frente a un rio espontáneo de creatividad popular.
¡Cuánta mediocridad de esta pequeña burguesía revolucionaria! El pueblo creando, ellos repitiendo. ¡Esta es la Revolución de los clones!
La Revolución popular, auténtica, irá inventando la nueva vida desde los gérmenes de la protesta.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en La Hora
28/Marzo/2012