Si tiene ojos, amigo lector, aprenda a ver. Broncas escandalosas como las que llevan adelante políticos de pacotilla como César Montufar o Galo Lara, son sólo cortinas de humo que ocultan la verdad de los procesos que en el Ecuador se están viviendo.

Ningún político de la oposición tiene la talla para cuestionar a Correa el modelo económico-político que está imponiendo en el Ecuador de forma sistemática y científica. Prefieren el escándalo, sin percatarse que Correa en ese estilo de pelea es invencible.

Para un político revolucionario no es difícil entender que Correa es el artífice de lo que la derecha ecuatoriana quiso imponer, y no pudo, por lo menos desde la década de los años cuarenta del siglo pasado, un nuevo estilo de dominación que supere la oposición popular. Todo proyecto de la derecha, incluido el neoliberalismo, se encontró con la feroz resistencia de los sectores populares, motivo por el cual la derecha no pudo crear su paraíso.

La lucha inter-burguesa en el Ecuador adopta la forma del escándalo. La izquierda tarada le sigue haciendo el juego a Correa y políticos como Montufar, Lara, León Roldós y otros por el estilo sólo quieren disputarle a Correa el liderazgo para hacer lo mismo. Otros, como Nebot, han dejado de pelear. Se han dado cuenta que Correa es su nuevo Delfín.

La resistencia popular está en reposo. Correa sabe que la lucha contra el pueblo es la definitiva. Está acondicionando un Estado represor, fascista, para librar la batalla. La lógica de la acumulación internacional del capital así lo exige. La única solución es un programa revolucionario anticapitalista y antifascista; pero todavía el pueblo es víctima de los cantos de sirena del reformismo. Ahí está el peligro.

JORGE OVIEDO RUEDA

Publicado en La Hora

28/12/2011