Un cuento bobo que circula por internet narra la historia de una laboriosa hormiguita que trabaja sin descanso y una avispada cigarra que, sin ninguna previsión, se dedica todo el tiempo a la chupi-farra. El cuento identifica a los que trabajan con la hormiga y a los que no lo hacen con la cigarra. Según esta lógica, los pocos mega millonarios que dominan el mundo son las hormigas y la inmensa mayoría las cigarras. Ergo, los que se atreven a protestar son vagos y no tienen la razón, el mundo es de la hormiga.
Acaba de producirse una protesta mundial de las cigarras. Veamos unos pocos ejemplos de los carteles que han inventado:
Conjugar el verbo votar: yo voto, tu ganas, el pierde, nosotros nos jodemos, vosotros os forráis, ellos van al paro; no a los recortes en la educación y la imagen pinta un joven con el cráneo cercenado; tenemos valor, tenemos razón; sin pan, no hay paz; más preparados, más informados, más indignados; el Congreso de los imputados no nos representa; los políticos que tienen los mismos vicios se sostienen mutuamente; si callas consientes; quien permite el abuso, ordena que se haga; se dice que el tiempo cambia las cosas, pero en realidad tienes que cambiarlas tu; no es cierto que el poder corrompa, es que hay políticos que corrompen al poder; sólo los peces muertos siguen la corriente; mientras mayor es el número de leyes, más corrupto es el Estado; voy a hacer todo lo imposible; no engañes, pero no te dejes engañar; esto es una copocracia; no nos mires, únete; el sistema no quiere ciudadanos, sólo quiere esclavos.
Miles de carteles más, resultado del ingenio de las cigarras.
¿Será que son unos vagos, farreros, ladrones, que quieren a la pobre hormiguita quitarle lo que tiene?
¿O acaso es la protesta de los indignados en un mundo desigual e injusto?
AUTOR: Jorge Oviedo Rueda
PuBLICADO EN LA HORA: 19/OCT./2011