¿Conviene buscar palabras suaves para decir una dura verdad?, ¿usar guante blanco para amortiguar el impacto del golpe? Creo que no, tanto más cuando se trata de      quitarle la careta a la seudo izquierda.

¿Qué ya no hay derecha ni izquierda? Al diablo con ese falso discurso ideológico. En la práctica la izquierda es la que quiere eliminar la injusticia y, la derecha, la que quiere mantenerla. Esa injusticia que hace de los hombres buenos feroces cancerberos de sus intereses. La injusticia del sistema, digo, no de los seres humanos.

Esa concepción es la que da contenido a una izquierda auténtica. La izquierda, por definición, es confrontativa, la derecha, igual. El choque de esos trenes mueve la Historia, más allá de los pujos celestiales de quienes pretenden ubicarse por arriba de ella, como la seudo izquierda, incluido el correismo, que en el Ecuador pretende evitar el choque diciéndose inventora del agua tibia.

Ya están todos en el mismo saco. El bicéfalo PSE, con una cabeza adentro del correismo y otra “revolucionaria” lamiendo las botas de Moncayo, el estalinismo emepedista, las micro fracciones del MIR, el AVC, la Izquierda Cristiana, el Poder Ciudadano, la Democracia Si y no sé cuántas hierbas más, todos los que por décadas se dijeron de izquierda y que no han sido sino socialdemócratas.

Hoy lo justifican diciendo que hay que aliarse, porque electoralmente son nada. Así es, por décadas han hablado de formar “un partido de masas” y siguen siendo nada.

Pero el crimen real de esa “izquierda” es haber sido la peor enemiga de la corriente revolucionaria. La derecha se cruzó de brazos frente a su amenaza, porque sabía que en esa socialdemocracia camuflada tenía a sus eficientes sicarios.

Ahora todo está claro.

La Hora-05-10-2016