VENEZUELA

            Estamos obligados a ver más allá de nuestras narices si no queremos ser parte del rebaño. En Venezuela se acaba de consumar una victoria parcial de la guerra total que ya está desatada en el mundo, más peligrosa que las que se libran en Medio Oriente.

            El meollo del asunto está en que el poder mundial le tiene miedo al cambio inevitable que está tocando las puertas de la humanidad. Se trata de que la Historia ha creado ya las condiciones objetivas para ese giro, pues la apropiación privada de la riqueza social hace imposible la vida. La tendencia creciente de la acumulación del capital está entrando en su fase definitiva. Las naciones ricas usarán la fuerza para mantener el sistema.

            Cuando a comienzos del siglo XXI la tendencia “progresista” comenzó a extenderse por América Latina, el capitalismo mundial, en general y, norteamericano en particular, se pusieron en guardia. Sabían que esa tendencia era una amenaza real. Se pusieron en guardia.

            Quince años después, cosecha su primer triunfo. Argentina es importante, pero más es Venezuela. En Venezuela se había enraizado un verdadero proyecto popular de signo antinorteamericano.

            ¿Qué combate el poder mundial? La posibilidad de un nuevo tipo de democracia. Al poder mundial le preocupa el autoritarismo confuciano chino que rompe sus esquemas y, por supuesto, el equilibrio dinámico del Sumaw Kawsay andino.

            La culpa de la debacle del “progresismo” la tienen sus líderes que actúan bajo la errónea consigna de que para llegar al socialismo se tiene que perfeccionar el capitalismo. Ese error condena a nuestros pueblos. Cuando se derrumbe el castillo de naipes del “progresismo”, estos seudo líderes inventarán la “teoría del fracaso” para justificar su incapacidad revolucionaria.

La Hora, 9-12-2015

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Una respuesta a VENEZUELA

  1. José dijo:

    http://periodicoellibertario.blogspot.com/2015/12/opinion-derrota-aplastante-e-historica.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+PeridicoElLibertario-AnarquismoYMovimientosSocialesEnVenezuela+%28Peri%C3%B3dico+El+Libertario+-+Anarquismo+y+movimientos+sociales+en+Venezuela%29
    Opinión: Derrota aplastante e histórica
    J.R. López Padrino
    El pasado 6D representa la primera gran derrota del fachochavismo y su proyecto totalitario-militarizado desde la llegada al poder. Los resultados evidencian el declive político del fachochavismo hegemónico que durante los últimos 16 años ha “desgobernado al país”. El voto popular se inclinó mayoritariamente por la UNIDAD (coalición pluralista), a pesar del ventajismo, del uso de los dineros públicos, las amenazas, y el cerco informativo por parte del régimen, así como también las ofertas demagógicas de los candidatos gobierneros. Adicionalmente, la actitud parcializada de un vergonzante Consejo Nacional Electoral (CNE) que hasta el último minuto se comportó como una dependencia genuflexa al servicio del iletrado enciclopédico de Maduro, en lugar de velar por la transparencia y equidad de la elección parlamentaria.

    La campaña electoral estuvo plagada de violaciones del Reglamento Electoral, de la Ley Contra la Corrupción y hasta de la Constitución Nacional. Los abusos por parte de los candidatos del PSUV y sus acólitos se cometieron sin mesura alguna, el canal del Estado (VTV) y TELESUR se transformaron en plataformas propagandísticas para la promoción de los candidatos fachobolivarianos. Los candidatos del PSUV participaron en la inauguración de obras, entregas de viviendas, de tabletas, de taxis, y hasta de teléfonos inteligentes, todo ello ante la mirada complaciente y celestina de Madame Tibisay y su “gang de las cuatro” del CNE.

    A la mal llamada revolución bolivariana se le agotó su discurso falaz y maniqueo. No pudo seguir engañando a todo el mundo, todo el tiempo. El 6D la inmensa mayoría del país le dijo basta a la narcocúpula bolivariana castigándola electoralmente mediante la abstención o el voto a favor de la UNIDAD. Los venezolanos votaron en contra de las humillaciones, de la inflación (podría rondar el 200%), del desempleo (12%), de la escasez de alimentos y medicinas (60% en algunas regiones del país), de los pírricos salarios, de la crisis hospitalaria, de la corrupción galopante, de la inseguridad personal, del narcotráfico, de la estigmatización del disidente, de la represión y la violencia de los grupos paramilitares. Dijeron basta, a la casta de mafiosos y narco-corruptos que han amasado inmensas fortunas en nombre de una invisible y cínica revolución.

    La victoria parlamentaria de la UNIDAD (mayoría calificada) marca el final de este nefasto ciclo histórico, en la cual un patán con ínfulas de mesías, banalizó el concepto de socialismo y lo utilizó como franquicia para consolidar un nefasto proyecto autoritario-militarizado y corrupto que nunca impulsó socialismo alguno, sino aún peor, conculcó las conquistas sociales propias de la democracia representativa, sembró el odio social, criminalizó la disidencia y la protesta social, acelero el empobrecimiento de la población, y profundizó aún más nuestra condición de país dependiente y semicolonial.

    En un intento simplista por explicar la aplastante derrota del 6D (perdieron en Barinas y Caracas, feudos histórico del fachochavismo) sectores afines al proceso han responsabilizado a la dupla Maduro-Cabello de tal desastre. Los acusan de haber incumplido (unos), o falsificado (otros) el legado del comandante eterno, entiéndase, el bodrio del Plan de la Patria. Nada más alejado de la realidad. Si algo han hecho a la “perfección” el dúo siniestro Maduro-Cabello es el haber respetado con ferocidad el legado fatídico del tte coronel. Se resisten en aceptar que ya no son la mayoría del pasado, que el odio como doctrina salvadora se agotó, que su intento por imponer un pensamiento uniformado fracasó, que financiar el desquiciado y dispendioso modelo económico del tte coronel es inviable. El fracaso no ha sido de los hijos o centauros del proceso, sino del padre del mismo, el comandante galáctico.

    La magnitud de la derrota del 6D, a pesar del diseño favorable al régimen de los circuitos electorales por el CNE, traspasa los límites de un simple revés electoral, como algunos voceros del oficialismo pretenden edulcorar. El deslave del 6D representó un plebiscito -auspiciado por el régimen- donde el gran derrotado ha sido el régimen de Maduro y su logia militar. Además, hay que interpretarla como el comienzo del final del chavismo como movimiento político hegemónico. Descalabro político que seguramente exacerbará la lucha fraccional existente y comprometerá aún más la precaria unidad del bloque fachobolivariano.

    El triunfo de la UNIDAD, a pesar de sus errores y sus contradicciones internas, evidencia que fue capaz de capitalizar una parte importante de los votos provenientes de las bases chavistas decepcionadas de tantas mentiras y manipulaciones por parte de los salteadores ideológicos del siglo XXI. Pero además, este triunfo tiene una gran connotación política pues rescata al Poder Legislativo secuestrado por la barbarie socialfascista. Sin embargo, el gran reto de la UNIDAD será capitalizar en forma orgánica y permanente esa frustración e indignación que hoy reina en esos sectores.

    La política del miedo, del chantaje, y del terror del régimen fracasaron igual a como sucedió en Argentina. Tras la derrota del 6D se comienzan a escuchar los aullidos agónicos del fachochavismo bolivariano y su proyecto excluyente y totalitario.t

    La utopía por construir una sociedad más justa y equitativa para todos los venezolanos sigue siendo una tarea pendiente. El desafío es ¿cómo lograrlo?.

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