El periodista José Hernández ha hecho pública otra carta en la que pone contra la pared al economista Alberto Acosta. No se puede negar, dice, la directa relación que existe entre la Constitución del 2008 y el régimen autoritario de Rafael Correa.
La izquierda que tu representas -le dice-, no ha hecho autocrítica alguna. No ha revisado sus dogmas. No ha sacado lecciones. Dice que Acosta acepta el fracaso del modelo correista pero le acusa de echarle la culpa a Correa y a la sociedad para así salvar su proyecto; le acusa de querer un milagro para salir del correismo y de aludir a un programa pos capitalista que tras 56 años de castrismo, 15 de chavismo y ocho de correismo, no precisas en que consiste. Ni donde están dice- aunque sea (sic) atisbos de ese modelo.
Hernández se llena la boca con las razones de la izquierda revolucionaria para defender lo mismo que critica en la conducta del economista Acosta, porque el problema del correismo no es la Constitución, sino el proyecto general que triunfó gracias al apoyo de esa izquierda boba que nunca supo ver con sus propios ojos. Fue esa izquierda la que apoyo a Correa y a Acosta, razón por la cual Acosta defiende ese proyecto sosteniendo que Correa los traicionó, sin comprender que no es a Correa sino al proyecto al que hay que oponerse.
Fuera de esa izquierda está la izquierda revolucionaria, la que ha aprendido de los 56 años de castrismo, los 15 del chavismo y los ocho del correismo, que sí tiene una propuesta programática pos capitalista y la autoridad moral para plantear, dentro de la izquierda, la verdadera polémica.
La neoderecha, en su ofensiva, ignora a la izquierda revolucionaria, se apropia de sus argumentos y prioriza a la vanguardia racional del correismo para polemizar.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en:
La Hora, 24-04-2015, Quito