La CONAIE y los Movimientos Sociales anunciaron que la forma más efectiva de aponerse al plan B del gobierno era la convocatoria a una consulta popular. De inmediato la derecha (Lasso y pelucolandia atrás) se sumó a la iniciativa.
El primer golpe de efecto puede ser favorable. Si en una consulta el pueblo dice no, el gobierno estará arrinconado. Si, no cabe duda, pero en este momento histórico no se trata de arrinconar al gobierno, sino de ir creando los fundamentos político-económicos de su futura derrota, garantizando que la derecha no se aproveche del empuje popular.
La vanguardia del pensamiento popular corre el riesgo de perder la consulta porque Correa tiene la sartén por el mango. Correa maneja el Estado y el poderoso argumento de que no podemos seguir siendo mendigos sentados en una saco de oro. Si la CONAIE y los Movimientos Sociales creen que el pueblo está maduro para trascender esa lógica, se equivocan y están a punto de cometer un error. Correa, que es un político audaz, preguntará si el pueblo quiere pan ahora o mañana y ganará.
El pueblo debe olvidarse de la consulta y organizar jornadas de lucha por la vida. A quienes más les conviene la consulta son al gobierno y a la derecha. La CONAIE y los Movimientos Sociales no pueden ser burro pie de sus intereses. La lucha por la conservación del Yasuní es de todos, cierto, a excepción de los entreguistas, pero hay que visualizar que la decisión de explotar el Yasuní, adoptada por Correa, divide en dos bandos a los ecuatorianos: el de los vendepatria mercantilistas y el de los defensores de la vida y el futuro de nuestros hijos.
Esta lucha debe servir para elevar la conciencia del pueblo y para preparar el cambio del proyecto correista por el del Estado Plurinacional y popular.
JORGE OVIEDO RUEDA
Escrito para
La Hora 21/agosto/2013, Quito