Misho presidente manda a la Asamblea treinta y dos artículos para reformar la ley de minería, la Comisión Económica califica las reformas y la presidenta convoca al primer debate en el pleno de la Asamblea. Nada importa si el proyecto es urgente, nadie se pregunta el porqué de las reformas y menos si están o no a favor o en contra del pueblo. Impera la irrebatible lógica de que no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro.
Es la lógica de misho presidente y de sus Correa boys, de los nuevos y viejos sepultureros de la patria, diligentes entreguistas que, con el poder ciudadano, le meten un golazo al pueblo ecuatoriano. La lógica del Buen Vivir, según la cual, no debemos morir envenenados por el mercurio porque eso no es chic, sino por el cianuro.
Es la lógica del capitalismo corporativo que manda en el mundo y que en el Ecuador tiene obedientes funcionarios, ahora revestidos con aroma de mujer, de socialismo racional o de extractivismo responsable. La lógica de siempre, la que nos esclavizó en la colonia, la que nos humilló en la república y la que nos ignora en la actualidad. La misma lógica de la dominación ahora con rostro femenino, corazones ardientes y no sé cuántas pamplinas más.
Los que amamos al Ecuador seguimos soñando con una lógica diferente, que sea capaz de darle vuelta al pastel, que conciba la idea de que la riqueza verdadera no es la explotación de la naturaleza, sino su conservación; una lógica que ponga al ser en armonía con su entorno, que no contamine el agua ni con mercurio ni con cianuro; una lógica que, rescatando la esencia del Sumaw Kawsay ancestral, lo proyecte al presente para que ni Correa, ni sus muchachos, nos restriegue en la cara la irrebatible lógica del Buen Vivir extractivista.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en
La Hora, 7/junio/2013, Quito