¡Tanto escándalo porque el indio aceptó ser binomio del señor! No hay una sola razón para admirarse, salvo que conservemos la mentalidad colonial según la cual los indios son por naturaleza inferiores a los blancos. En la colonia, indios y mestizos tenían que blanquear su nombre para ser algo. Peinadillos les decían los españoles a los mestizos que trataban de ocultar su sangre india.
En pleno siglo XX se seguían vendiendo las haciendas con indios propios. Herencia brutal que no ha terminado de esfumarse de la mente de los ecuatorianos, en el blanco porque sigue considerando inferior al indio, en el indio porque cree que superarse es acercarse al blanco. Hay indios burgueses, lo dije en un artículo del 15 de febrero de este año, que se alinearán con los partidos que representen esos intereses, no con los que representen los intereses del pueblo.
¿Por qué, entonces, tanto escándalo? Tituaña no es el primero. ¿Se nos han olvidado los casos de Vargas, de Ulcuango, del Miguel LLuco? No son excepciones, sucede y sucederá siempre, porque usar poncho no quiere decir que se es proletario, así como usar corbata no quiere decir que se es burgués.
Tan arraigada está en nosotros la herencia colonial que ver a un indio codeándose con la aristocracia nos parece un hecho excepcional. Tenemos que llegar a comprender que a un ser humano, si se lo juzga, no hay que juzgarle por su condición racial, sino por su posición de clase.
No nos admiremos que un indio sea burgués, admirémonos si un burgués acepta la cultura, los valores y a la misma raza indígena.
¿Será que Guillermo Lasso, y su familia, aceptaría que una de sus hijas casara con uno de los hijos de Auki Tituaña?
De ser así, entonces, otro Ecuador sería posible.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicadoen
La Hora 7/Nov./2012, Quito