Las exigencias del estudio me obligaron, en mis años de universitario, a encontrar procedimientos apropiados para asimilar mejor las lecturas. Desde entonces pongo al margen de los libros que leo señales que luego me sirven para recordar lo más importante. Un ojo, por ejemplo, signos de interrogación, de admiración y otras palabras útiles que marcan el camino de la lectura. N.B. significa Nótese Bien y me sirve para advertir algo que a mi juicio merece particular atención.
Desde hace algún tiempo le pongo un N.B. al tema del narcotráfico en el libro del Ecuador. Confieso que me resulta difícil desentrañar tan complejo problema, pero está claro que lo que sale a la luz sólo es el reflejo de algo que camina oculto en las entrañas de la sociedad ecuatoriana. Es evidente que por cada remesa confiscada hay diez que alcanzan su destino. Eso es mucha plata para pasar sin que nadie la vea.
Me llama poderosamente la atención la noticia del sobreendeudamiento de los ecuatorianos. Cuatrocientas mil familias deben plata a los bancos y las cooperativas. Los bancos explican que el gasto público desmesurado produce el fenómeno y el gobierno le echa la culpa a la inoperancia de los organismos de control financiero. Yo no soy, fuiste tu, es el viejo truco de culparse mutuamente para ocultar la verdad.
¿Se ha convertido el Ecuador en un paraíso del narco lavado? ¿Están los bancos captando el dinero de la droga y lavándolo por medio de los créditos que ahora han atrapado a más de cuatrocientas mil familias? Me niego a creer que el gobierno no conozca, o por lo menos sospeche, de esta realidad.
Si es así, me pregunto, ¿por qué no controla a la banca y a todo el sistema financiero? Nótese bien, los ecuatorianos no podemos exponernos a que el alud de la droga nos arrastre al abismo.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en La Hora
5/Junio/2012