La constitución de Montecristi define al Estado ecuatoriano como un Estado unitario, intercultural y plurinacional, lo cual marca un hito trascendente en la historia del derecho constitucional ecuatoriano. Este logro fue resultado de la lucha del movimiento indígena, con la CONAIE al frente.
Sin embargo, el concepto de plurinacionalidad exige un esfuerzo mayor de comprensión de nuestra realidad. Lo plurinacional se da en el marco de un Estado unitario, lo que significa que ese requisito está por arriba de las naciones que lo conforman, conteniéndolas a todas.
El carácter unitario del Estado ecuatoriano define una especie de macro nacionalidad en la que nos identificamos todos, no importa si somos tzachilas, shuaras, saraguros, achuar, blancos, negros o mestizos. Mantenemos nuestras identidades, pero nos identificamos en la macro nacionalidad ecuatoriana.
No es desde la raza que debemos entender este problema. Blancos, negros, indios y mestizos conformamos la macro nacionalidad ecuatoriana, espacio al cual confluimos todos para luchar por los objetivos comunes. Si no hay coincidencia no es por motivo de raza o de nacionalidad, sino de clase. No todos los indios son pobres, no todos los blancos son ricos, igual entre negros y mestizos.
El movimiento indígena tiene que tener en cuenta esta distinción si quiere la unidad nacional. Los indios burgueses, así como los blancos burgueses o negros o mestizos, se alinearán con los partidos que representen esos intereses, no con los que representen los intereses del pueblo pobre y explotado. Ser indio no es un requisito para ser revolucionario, así como ser blanco no lo es para ser burgués.
El movimiento indígena tiene que triturar la trampa ideológica colonial si quiere triunfar en las próximas elecciones.
JORGE OVIEDO RUEDA
Publicado en La Hora 15/Feb./2012