BREVE ENSAYO SOBRE LA AUTENTICIDAD

            Una mujer exageradamente gorda pide al camarero en el restaurante que le sirva una ensalada de vegetales. En medio de carnívoros consumados que asisten a la Parrillada, desentona. Con su plato de lechugas al frente, comienza a cazar un chorizo, una butifarra, un chinchulín, una jugosa pechuga en los platos de sus acompañantes. ¿Qué está mal en esta escena? No está mal que la mujer sea gorda, tampoco que sus acompañantes sean carnívoros, ni que la mujer quiera servirse una bandeja de ensalada. Lo que está mal es que la mujer quiera aparentar que, a pesar de sólo comer lechugas, está más gorda que una ballena. No es esa una actitud auténtica.

            Recuerdo un cuento de Iván Eguez en el que el personaje masculino, para liarse a una guapa muchacha universitaria le dice que es piloto, cuando en realidad era el chofer del carro en el que diariamente le recogía para llevarla a la Universidad. Lo triste está en que ella no era sino la hija de la sirvienta de la mansión en la que solía dejarla. ¿Qué está mal en esta escena? No está mal la mutua atracción que ambos sienten, tampoco que él sea “sólo” el chofer del carro y ella  “sólo” la hija de la mucama. Lo que está mal es que asuman identidades que no les corresponden, que se disfracen, que no sean auténticos.

            Si un político besuquea y abraza a la gente pobre durante la campaña electoral, pero cuando llega a su casa se fumiga y desinfecta para que no quede rastro de su contacto con la pobreza, no está siendo auténtico. No está mal si demuestra preocupación por los pobres, lo que está mal es que falsee su imagen para acercarse al drama de la pobreza.

            Si un sacerdote incurre en pederastia, no está mal que tenga impulsos sexuales, porque eso es natural. Lo que está mal es que abuse de la inocencia de los niños y, además, siga aparentando santidad. La apariencia de lo normal es el disfraz de la inautenticidad. Que una mujer aborte no está mal, lo que está mal es que sea irresponsable al practicar el sexo. Como todo acto humano, el acto sexual también tiene consecuencias y deben ser asumidas por la pareja. Lo que está mal es hacer uso del aborto para eludir responsabilidades, lo que está mal es la irresponsabilidad y no el aborto. Esta práctica convierte al aborto en un asesinato y a los seres humanos en asesinos. Otra cosa es el aborto por violación y el terapéutico que se los debe dar por hecho y ni siquiera discutir. Frente a la vida es dónde más autenticidad se debe demostrar. Es un asunto de conciencia.

            Hoy vivimos en un mundo gravemente enfermo de inautenticidad. Comenzando por el entorno urbano en el que vivimos. Hay casos de individuos en ciudades como New York, Sao Paulo o México D.F. que nunca han salido del barrio en que nacieron y jamás han estado en contacto con la naturaleza. Niños de ciudades como las nombradas que creen que la leche la dan las fundas y no las vacas lo que configura un grave panorama de inautenticidad, de vida artificial que lleva a los individuos a defender como cierto lo que es falso, a sustituir la vida auténtica por la postiza. Este es un fenómeno tan generalizado en la actualidad que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que somos actores de una obra de teatro cuyo fin perverso es ocultarnos la realidad. Sólo entonces adquiere sentido aquello de que hemos perdido los valores y que defendemos valores falsos. Son los valores falsos de la inautenticidad que han sustituido a los valores de la autenticidad.

            Tan postizo es el mundo actual que ya no podemos confiar en las tetas de una mujer ni en su culo. Un hábil cirujano con su bisturí es capaz de cambiar lo feo natural por lo bonito artificial en cuyo punto de cruce perdemos fácilmente la noción de lo auténtico. ¿Qué es lo realmente auténtico?, ¿el sujeto original o el sujeto artificial? Porque el problema se prolonga a la aceptación del resto. El resto acepta lo bonito y rechaza lo feo, no importa que lo bonito sea artificial y lo feo natural.

            ¿Qué defendemos, entonces? Sin duda defendemos lo falso, lo inauténtico, una realidad que ha sido construida sistemáticamente por aquellos poderes que defienden el sistema, aquellos que lucran de él y lo manejan. En largos siglos de manipulación han logrado crear un inmenso espejismo y han creado, también, sus soldados defensores, especie de autómatas que pueden entregar su vida por él. El espejismo creado por los poderes dominantes  brilla tanto que nos impide ver el camino. Unos dicen que la única solución es mirar hacia adentro de nosotros, yo sostengo que el único camino es la rebeldía. Creo que sólo la rebeldía contra el orden establecido es capaz de rescatar lo auténtico que por ahora yace debajo del resplandor enceguecedor del espejismo artificial.

05-01-2019

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Una respuesta a BREVE ENSAYO SOBRE LA AUTENTICIDAD

  1. José dijo:

    Buen artículo, le felicito

    Me gusta

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