MI PODER

            Está fuera de toda duda que el Estado sigue siendo necesario para la marcha de las comunidades humanas asentadas en un territorio. Ese territorio es la despensa de esa comunidad y su administración es un asunto político que depende del favor popular. En el Estado se encarna el poder político que significa atender las micro y las macro necesidades de esa comunidad.

            Por eso, la cultura política es un elemento indispensable en la comunidad, de la cual nace el poder. Las comunidades ignorantes son apolíticas, pero tienen la obligación de elegir cada cierto tiempo a sus representantes. El resultado ha sido desastroso. La ignorancia convierte a la masa en rebaño y siempre elige a sus verdugos. Ese es el negocio del sistema.

            Si primara el interés de la comunidad, los políticos, desde el Estado, se ocuparían de elevar la cultura política de las masas, posibilitando el avance de la sociedad en su conjunto, pero cuando la política es un negocio, los políticos se convierten en mercancías y se venden al mejor postor, convirtiendo esta noble actividad en baratillo de ofertas, en bufonada, en espectáculo basura.

            La educación política depende de la moral de los actores políticos y ésta, a su vez, del desarrollo político-espiritual de los mismos, no sólo político, no sólo espiritual, sino de ambos. Ese equilibrio es el que apunta al futuro, de lo contrario tenemos oportunistas ladrones como CAPAYA y su banda o borrachas altaneras como la jueza Collantes o los corruptos de cuello blanco de todos los tiempos, administrando el poder de la comunidad.

            El poder en el que yo creo es el de la autoridad, y la brújula de esa autoridad es el interés del pueblo. Día llegará en que una vanguardia político-espiritual administre el poder de los humildes.

La Hora, 23-11-2016

 

 

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3 respuestas a MI PODER

  1. José dijo:

    Voy a empezar con la frase de Lord Acton: «El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente», frase que yo acepto totalmente. Por tanto, el problema del estado es el poder o mejor dicho su distribución o dilución.
    Estoy de acuerdo en sus críticas a la democracia representativa o sobre todo a la mínima que tenemos en el Ecuador, pero la «solución» que Ud. presenta es como suelen decir «peor el remedio que la enfermedad», Ud. propone que una «vanguardia político-espiritual administre el poder de los humildes», es decir que el poder no estará en el pueblo, ni en las comunidades, ni siquiera en representantes electos quizas más mal que bien sino en una «vanguardia» de quienes, acaso de angeles y por supuesto Ud. los dirigirá como su subconsciente le traiciona cuando pone le título del artículo «Mi poder» es decir Ud. se imagina dirigiendo el poder del estado y qué le hace suponer que con ese poder sería mejor que Correa, que Raúl Castro, que Pinochet, que Maduro por mencionarle los personajes menos malos que han acaparado el poder en la HIsoria.

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    • modesjor dijo:

      José: el anarquismo como ideología (filosofía?) es similar al comunismo marxista, la diferencia está en que Marx se planteó, con lógica, que la extinción del estado iba de la mano del surgimiento de la autoconciencia. El anarquismo, en medio de la sociedad capitalista, es idéntico al terrorismo. Usted será partidario de semejante concepción, yo no.
      Desde las civilizaciones mesopotámicas, incluso antes, hasta nuestros días, las comunidades humanas han sido dirigidas, lideradas, conducidas por los que se han dicho sus representantes. Hasta en el paraíso celestial hay un Dios que lo dirige. La Historia, señor, no se plantea problemas que no existen y, para los cuales, no hay solución. Toda sociedad terrenal, tiene que ser conducida.
      Eso lo sabe la derecha, la izquierda, los políticos y hasta los estudiantes de colegio. Las vanguardias que han dirigido la sociedad -de derecha o de izquierda-, han fallado porque no han incluido la dimensión espiritual en sus concepciones. Una vanguardia político-espiritual, identificada con los intereses económicos, políticos y culturales del pueblo puede hacer el milagro de sentar las bases para el surgimiento de la autoconciencia que, adivino, es lo que usted quiere.
      Si algo se tiene que reprochar a personajes como Fidel, incluso el Che, Stalin o Pinochet o Kennedy, es la aridez de su lado espiritual. No se trata de ser creyente, se trata de ser religioso, en el sentido profundo del término. Saludos

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      • José dijo:

        Sí, una sociedad debe ser conducida pero no por una autodenominada «vanguardia», por lo menos en la democracia representativa los dirigentes son elegidos por el pueblo, el pueblo mismo es el que debe auto-organizarse para definir su futuro y su presente. Nadie representa los intereses de otros, por ello no puede existir una «vanguardia político-espiritual» que «identificada con los intereses económicos, políticos y culturales del pueblo puede hacer el milagro de sentar las bases para el surgimiento de la autoconciencia»… Yo no se que Ud. quiere decir con la «autocosciencia».
        En cuanto al «religiocismo» que Ud. predica, eso es estrictamente individual, en cuanto a imponerlo desde el estado-gobierno, eso es fascismo, me recuerda a Franco, «caudillo de España por la garcia de Dios» o a los ayhatolas de Irán.

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