¿Sabía usted que uno de cada cuatro niños en el Ecuador sufre de desnutrición, que de ese porcentaje la inmensa mayoría son niños campesinos o suburbanos; que el índice de desempleo supera el 10% de la PEA, lo que quiere decir que más de cuatrocientos mil ecuatorianos no tienen qué comer; que la informalidad se acerca al 50% de la población; qué la productividad agrícola es una de las más bajas del mundo; qué la concentración del capital hace felices a unas pocas familias y desgraciadas a la mayoría; qué persiste el analfabetismo y que la comprensión lectora (los que saben leer pero no comprenden lo que leen) es alarmante; qué deforestamos a ritmos galopantes; qué contaminamos el agua, qué erosionamos la tierra fértil, qué la inseguridad crece, que la prostitución igual, qué somos supersticiosos y fanáticos, que tenemos la peor TV del mundo, qué la cultura se define en las élites, que importamos casi el 100% de lo que consumimos, qué no aprovechamos el turismo, qué nuestra economía está cayendo en manos de los narcotraficantes, qué la droga mata a nuestros jóvenes, qué el cambio de la matriz productiva es una farsa, qué el aceite de la corrupción se extiende por todo el gobierno, qué hemos duplicado la deuda externa, qué crece el déficit presupuestario, que mandamos a nuestros jóvenes a las “mejores universidades del mundo” para que al volver sigan actuando en el egoísmo empresarial y la defensa del sistema, qué estamos olvidando nuestra Historia, qué nos invade la cultura norteamericana, qué somos racistas, en fin, qué somos un saco enorme de problemas a los que nadie enfrenta?
La gran pelea del siglo es contra estos males, no entre un bocón de barrio y otro dispuesto a ganar notoriedad.
La Hora, 21-10-2015