DOÑA FLORINDA

Los ecuatorianos tenemos una versión masculina de doña Florinda, que es el Felipe de Mis adorables entenados ¿se acuerdan? El joven de barrio pobre, de copete engominado, que daba la vida por lucir prendas de marca y relacionarse con la gente bien del barrio o la ciudad. Un “proleta” con mentalidad de “pelucón”.

Las clases dominantes en el Ecuador mantuvieron siempre esa aberración social. Es una historia de vieja data, que se remonta a la época colonial en la cual, mestizos, indios, mulatos, hacían todo lo posible por “blanquearse”. Ya en la república las élites inventaron símbolos conductuales que tendían a identificarnos con cualquier cosa, menos con nuestras raíces. De querer ser españoles, por ejemplo, pasamos a querer ser ingleses, luego franceses o norteamericanos.

La izquierda boba, esa que se desgañitaba gritando que era socialista, sostenía la idea de que todos los indios, por serlo, tenían que estar a favor del cambio, o que todos los obreros eran de izquierda. Nunca tuvieron en cuenta el “síndrome de doña Florinda”, esa condición que lleva al ser humano a renegar de lo que es y a refugiarse en lo que quiere ser. Ese síndrome demuestra que el sistema tiene mecanismos eficientes para convencer a los esclavos de que tienen que defender la esclavitud.

¿Podemos, a dirigentes como Tibán, Quisphe, Pérez G., llamarlos traidores a su raza? No. Son indios burgueses, así como hay blancos burgueses o negros, que defienden el sistema de explotación en el que viven. Lo malo de estos dirigentes es que hablan a nombre de su pueblo. Sus bases no quieren ser burgueses, como ellos, sino libres.

Como todo dirigente político corrupto tratan de sembrar entre sus representados el síndrome de doña Florinda, para así manipularlos con mayor facilidad.

La Hora: 15-03-2017

 

 

 

 

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Una respuesta a DOÑA FLORINDA

  1. José dijo:

    En primer lugar si está en peligro la mínima democracia ecuatoriana porque el gobierno tenía toda la intención de hacer fraude, quizas ya lo hizo y no le alcanzó, eso nunca lo vamos a saber.
    Por otro lado en el manejo de cifras se olvida de algo muy importante, por las leyes electorales, solo se cuentan los «votos válidos» lo cual es totalmente antidemocrático y Ud. como defensor del voto nulo, debería saberlo, el 8% de personas que votaron nulo y blanco es totalmente ignorado. Si ese porcentaje es tomado en cuenta, el apoyo a Lenin Moreno es de apenas el 36% (si se acepta que las elecciones fueron limpias). Es decir, el 64% de los votos no apoya al correismo que apenas tiene el 3% más que el 33% de votos duros (véase la encuesta de Latinbarómetro del 2015).
    Por tanto, no es que Lasso tenga el 64% sino que ese el porcentaje de los opositores incluyendo los antisistémicos como Ud. que votaron nulo.
    El CNE puede estar haciendo un fraude creando actas fantasmas en los recintos apartados. Eso Ud. no lo sabe, ni lo se yo. Entonces no caben sus dos últimos parrafos que son totalmente contradictorios. Al fin, Ud. acepta «las reglas» o saldrá a la calle a protestar? That is the question.

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